Sin City
Después de emocionarme al ver los cortos de la película, ver el raiting que le daban y escuchar comentarios de amigos como “¡está buenísima!” o inclusive “volví a creer en Hollywood” finalmente se me hizo ir al cine para ver Sin City.
Siento diferir con muchos, pero podría decir que después de las expectativas que tenía: esperaba más.
Mis observaciones no se si sean distintas para quienes eran seguidores de Frank Miller. Los lectores de Sin City habrán visto bajo otro lente la película, así que especifico que mis comentarios se basarán netamente en la cinta.
Sin duda lo que sí me fascinó y me pareció excelente fue la fotografía y el estilo… de hecho fue lo que me incentivó a verla. El formato es blanco y negro pero hay algunas acentuaciones a color, ya sea en el vestuario o en el cuerpo. Esto te permite sentir que estás viendo un comic en movimiento.
Estamos hablando de que Robert Rodríguez es el director y como director invitado estuvo Quentin Tarantino (Pulp Fiction, Kill Bill, etc.), entonces ya se imaginarán que la violencia estuvo a flor de piel. Estos dos tienen una fascinación por la tortura y la sangre, así que a quien no le guste eso mejor ni vaya. De hecho, al menos conté a diez personas que se salieron de la función.
Yo no puedo decir que soy amante de ese estilo tan violento, pero sacrifico mi ‘pax’ y sufro un poco a cambio de un buen guión. Y este último punto es donde me dejó mucho que desear Sin City.
Yo sé que Frank Miller fue el guionista, pero como dije anteriormente separaré la cuestión de Sin City el comic con la Sin City la película. Desde mi punto de vista Robert Rodríguez tiene talento como director, pero su ‘talon de Aquiles’ son los guiones. Sólo me basta recordar El Mariachi o Desperado, buen estilo – pésimo guión.
Ahí es donde está la brecha entre Rodríguez y Tarantino: el guión, la trama en sus historias. Kill Bill me fascinó, pero acá Rodríguez-Miller no supieron hilar o presentar de la mejor manera las historias.
Llegó un punto (a los 90 minutos para ser exactos) donde de plano volteé a ver el reloj y dije: “Oh no, faltan mínimo unos 30 minutos más”. En ese momento se me hizo lenta, a los minutos llegó el inicio del desenlace, lo que vino a salvarme del pensamiento que me abordaba: “ya que se acabe, no?”
Yo sé que algunos se sentirán ofendidos, todos aquellos que le dieron 4.97 estrellas de cinco. Pero yo soy parte de ese .3 que falta para hacerla una película “¡Excelente!”
