Wednesday, December 28, 2005

chilangolife



Ahí va la chilanga banda, chin-chin si me la recuerdan, carcacha y se les
retacha - Café Tacuba





Ya estoy de regreso de la selva chilanga, con unos kilos navideños de más, pero también con muchas reflexiones.

Que toda mi familia esté allá siempre me produce cierta melancolía. Tuve la oportunidad de ver a muchos familiares pero también me pude dar cuenta que la complicada ciudad impide que se vean ellos con frecuencia.

Lo que quiere decir que yo estando en Monterrey me pierdo, pero no de tanto. El tráfico hace que las reuniones entre mi familia no sean del todo frecuentes como yo, en mis sueños guajiros, podría llegar a pensar.

Me di cuenta en este viaje que se requiere una fuerte dosis de paciencia para vivir en el deefe. Me causa gracia ver como los chilangos están, por ponerlo en palabras, ‘a la defensiva’, diciendo que no se vive tan mal en esta ciudad… dicen que les impacienta la vida ‘tranquila’ en provincia, que aquí están bien y que no es tan, tan inseguro.

Y yo me quedo con cara de ‘what’… y digo: ¿entonces será cierto lo que dice el Peje? Que la marcha en contra de la inseguridad fue un complot de la clase media… o porqué salieron entonces a marchar, si en realidad no hay tanta inseguridad.

Veo que todo depende del cristal con que se mire, porque cuando me dicen que les impacienta la ‘paciflorina’ de la provincia – refiriéndose a Monterrey- yo digo pues ahora sí que cada quien se impacienta por diferentes cosas. Porque para mi no hubo peor tortura que la impaciencia que experimenté al estar 95 minutos [mínimo] en el carro, para avanzar una distancia no mayor de 10 kilómetros.

Pero como dicen una cosa dicen otra.

Porque después de una ‘alegata’ familiar, aceptaron que aparte de todo los señalamientos estaban como para llorar, ni el guía roji podía salvarnos. Imagínense ustedes que veníamos llegando de Puebla y teníamos que tomar el viaducto:

Aparece un señalamiento que decía viaducto, otro, otro más… y de pronto en una Y [i -griega] con un señalamiento que dice Aeropuerto y otro señalamiento que decía Churubusco. ¿Y el Viaductoooo?!!! ¿Dónde quedó lo que me habían estado señalando durante todo el camino? … saaabeeee!!!

Adiós al camino amarillo, adiós a la ciudad esmeralda. Y ahora sí a dar un rodeo de aquellos para agarrar –desde el Aeropuerto- el Viaducto… y eso porque mi madre conocía la ciudad, yo en lo personal ahorita estaría en alguna chinampa en Xochimilco.

Pero pues como dijo un chilango “es que esta es una ciudad virtual”: tú ves pero en realidad no es. Ves señalamientos pero en realidad no te hacen llegar a tu destino, ves un segundo piso pero no te quita el tráfico porque desemboca en un carril… es pero no es.

Me produce lástima, porque a decir verdad me encanta la ciudad y se que un día podré terminar ahí.

1 comment:

rené said...

Sí, así suelen ser los chilangos... egocentristas a morir, tipificando a los regios como rancheros, etc. La ciudad está chida, claro, pero Monterrey también está bien (mejor, creo), y para nada es un rancho, tiene las virtudes que una ciudad grande puede pedir...
Ah, y un detalle, hace como una semana estuve por allá, y no sé si te fijaste andrea, pero las calles aquí están mucho más limpias que allá... El deefe por naturaleza es más verde -y llamativo-, pero está medio descuidadón y te encuentras bolsas y pañales por doquier... lo de "mty ciudad más limpia" está funcionando... saludos