Respecto al Fórum. Nunca falta el invitado que no tiene pelos en la lengua. Apenas leía en el libro de Rogelio Villarreal "El periodismo cultural en tiempos de la globalifobia" que en uno de sus capítulos relata cuando a Groucho Marx lo invitaron en la Ciudad de México a una cena con el Señor Presidente [Miguel Alemán en ese entonces] y levantó la mano y preguntó: "¿Qué garantía tengo de que él será todavía el presidente a las cuatro de la tarde?". A partir de ese momento, dice, por alguna extraña razón nadie en todo el salón le volvió a dirigir la palabra.
No sé si lo mismo le haya sucedido a David Barkin.
Acusa regios de vivir dentro de una burbuja
por Luisa García
Los regios viven aislados en una burbuja en la que predominan la acumulación de capital, la falta de regulación oficial y de responsabilidad corporativa, aseguró ayer David Barkin, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México, quien participó en el debate "Cambio Climático: Mitos y Realidades".
"Hablar de temas de desarrollo sustentable en Monterrey requiere mucha creatividad. La mayor parte de la población regia vive en un pequeño globo aislada del mundo real. Dudo que la mayor parte de la gente del área metropolitana de Monterrey tenga idea de cuáles son sus patrones de consumo y despilfarro", aseveró Barkin, durante el evento que forma parte de los Diálogos del Fórum.
"Es claro que es una tragedia la actuación oficial, y que hay una falta de un compromiso ciudadano para realmente entender la profundidad de los cambios que podemos vivir. Nada más hay que preguntarse cuál es el consumo energético de Cintermex y darse cuenta de que todo esto no es necesario".
El catedrático criticó a los grupos industriales de la zona norte que buscan seguir creciendo sin, según él, tomar en cuenta las repercusiones ecológicas y económicas de este considerado desarrollo.
"Aquí están empecinados en seguir consumiendo y transformando su cultura para emular con creces a los patrones del norte.
"Es un asunto de ética ver cuál es la responsabilidad nuestra para insistir en ser respetuosos del medio ambiente y sobre todo ser respetuosos del hecho de que nuestra estancia aquí puede ser a costa de millones de mexicanos que no tendrán qué comer", dijo.
El autor de varios libros sobre desarrollo sustentable y ecología también criticó que la Ciudad tome su agua de Tamaulipas, que su aire esté extraordinariamente sucio, el gasto que representa el Fórum y hasta a las clases altas.
"Este magno evento es de un despilfarro increíble de recursos del Gobierno del Estado -sujeto de un debate político en el que no me voy a meter-, demuestra la incapacidad de nuestros gobiernos para asegurar el bienestar de nuestros ciudadanos.
"Decir esto aquí en el coloso del norte es casi como decir obscenidades, pero la acumulación de capital del que depende la riqueza de las élites de este Estado está creando pobreza, está creando polarización social y está creando empleos de pésima calidad. La acumulación de capital, la falta de regulación y la falta de responsabilidad corporativa son un gran problema", aseguró.
Para cambiar esa situación, el especialista sugirió buscar la gestión sustentable de recursos regionales, la autonomía, la autosuficiencia y la diversificación sustentable.
"Yo no vine para que me aplaudan. Vine para que salgan de aquí incómodos y espero que algunos llorando".
Ricardo Sánchez, director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente/ Oficina Regional para América Latina y el Caribe, quien también participó en el debate, sugirió que México implemente una cultura ecológica, ya que el cambio climático está impidiendo su desarrollo.
EL NORTE [12/10/07]
Qué reggaetón ni qué nada, el Perreo Chacalonero es lo de hoy.
Respecto al Fórum. Nunca falta el invitado que no tiene pelos en la lengua. Apenas leía en el libro de Rogelio Villarreal "El periodismo cultural en tiempos de la globalifobia" que en uno de sus capítulos relata cuando a Groucho Marx lo invitaron en la Ciudad de México a una cena con el Señor Presidente [Miguel Alemán en ese entonces] y levantó la mano y preguntó: "¿Qué garantía tengo de que él será todavía el presidente a las cuatro de la tarde?". A partir de ese momento, dice, por alguna extraña razón nadie en todo el salón le volvió a dirigir la palabra.
