Wednesday, January 31, 2007

una reliquia

Era una ciudad muy habitable, caminable por completo, antes del boom demográfico. A partir de ahí se desbarata, y es la actual ciudad, donde nos hemos devorado el espacio público. Nos desbordó la demografía. - Teodoro González de León

Curiosamente antes de agarrar mi vuelo a la Cd. de México compro el nuevo número de Letras Libres que se llama: La ciudad de la desesperanza. Allá voy, pensé, y como anillo al dedo las palabras de González de León. Tal vez vaya yo a hacer más bulto, a desbordar un poco más la capital.

Caminando por Ave. Universidad con Martín, sintiendo en nuestro inconsciente esa paranoia a la inseguridad, nos lanzamos -aún así- a recorrer aunque fuera unas cuadras. Después de pasar por una dosis de antigripales Martín me sugiere que pasemos al local de a lado, a una librería de libros usados.

Que lo voy viendo, ahí acostadito, agusto, hasta arriba de todos -y algo me ha de haber dicho porque nada más lo volteé a ver a él, al hijo de Oscar Lewis. Me tardé en carburar, en pensar el famosísimo: yo te conozco y blink-blink se me ilumino la materia gris. Ante mí: Los Hijos de Sánchez.

Según mi exmaestra, la Dra.Alma Elena, es el libro de libros sobre trabajo de investigación cualitativa. Sin duda. Este libro fue publicado primero en Estados Unidos en 1961. En México se tardó más porque no lo querían... ¿por qué?, porque era una de esas verdades incómodas: La pobreza en México. Cómo se vive, relatado a través de las historias de vida de 4 personas de una familia. No es sólo un excelente trabajo de investigación (de un gringo que se fue a vivir a una vecindad en el DF) sino cómo la transformó en un libro-pensado-para-leerse: bien estructurado y fluído.

Y tanta felicidad ¿a qué se debe? Pues que este librito no lo conseguíamos ni abajo de las piedras el año pasado. Aparentemente ya no lo publican. Qué error. Pero ahora tengo la 4a edición (1965) y les puedo decir que a pesar de que hayan pasado 42 años, lo que Lewis nos presentó, sigue vigente.

La ciudad de la desesperanza, de tanto en tanto, en sus rincones nos da sus rayitos de luz (no los del peje).

Monday, January 15, 2007

mujeres al micrófono

He de hablar de los dos últimos discos que compré recientemente y por mera casualidad son mujeres cantando.

El primero es el de Electrelane The Power Out. Uff, excelente disco. Si les gusta el estilillo de Fever to tell de los Yeah Yeah Yeahs creo que tienen un toque de éste, pero con un beat más tranquilón. Una que otra canción en otro idioma, incluyendo el español. La canción, para mí: Birds.

El segundo es el de Aterciopelados Oye. Lo escucho y lo escucho y no termina de convencerme. Es más hasta creo que quiero que me guste sólo porque me gusta la voz de mi tocaya. La primera vez que lo puse dije: ¿qué letras son éstas?, pero después recapacité pensando: qué podía esperar de florecita rockera tú te lo buscaste... esto ayudo a cambiar mi percepción. Lo salva Andrea Echeverri, para quienes se deleitan con su voz; pero aún así creo que no proponen nada nuevo a pesar de una que otra canción medio simpaticona o de demanda social que pudiera haber. La canción, para mí: Insoportable.

w & m

Se buscan otras puertas y sólo hay una
Ramiro A. Calle



Apenas leía en una entrevista a Gabriel Orozco y decía algo así de que los sueños son aburridos para todos menos para el que lo cuenta. Nunca me ha importado aburrir a la gente.

Ayer soñé que algunos compañeros de la universidad habían decidido hacer un documental sobre el whisky & la marihuana, de cómo la combinación de estas sustancias les permitía ver cosas tan diferentes, únicas, llenas de color. Eso era precisamente el documental: una muestra de lo que ellos veían y sentían. No había palabras sólo imágenes. ¿Por qué no hacer una creación sobre lo que les ayudaba a hacer una creación?

Me contaban que les gustaba fumar en el techo de la casa abandonada a lado de mi casa por lo que ese lugar les hacía sentir. Por ende dentro del documental abundaban catrinas y fuertes colores mexicanos.

Al terminar el documental felicité a sus realizadores, me impresionó su estilo y la experiencia que te hace tener como audiencia. El documental inclusive estaba pensado para ser expuesto en museos por la interacción que se podía lograr entre la obra y el que la ve. Me impactó lo que uno podía llegar a sentir/ver/crear usando a ese dúo.

Recuerdo haberles dicho a los creadores que iba a traer Raúl quien tenía más experiencia, tanto en el cine como en el consumo de marihuana, para que les diera una crítica. Todos los que participaron en el documental dijeron haber sumado a sus tragos de whisky el toque de marihuana para así involucrarse, entender al cien su trabajo y estar en la misma sintonía que el resto del equipo. Al final quería hablar con Nacho, el director, pero no pude porque salió corriendo mientras un centenar de gente le aplaudía.

Como siempre, comenté con Gabo sobre el documental. Sorpresa que para él lo que presentaron carecía de sentido y era malo. Me hizo cuestionarme, también como siempre. Me cuestioné la misma curiosidad que yo tenía de llegar a ese estado de creación. No obstante en la discusión con Gabo le decía que el verdadero reto era llegar a esa búsqueda interna y momento creativo uno mismo. Si bien se planteba que la marihuana & el whisky te llevaban a ese nivel ¿no era ese método una manera superficial de buscar/encontrar? El crecimiento real-no ilusorio era buscar continuamente y llegar -a través de uno mismo- a crear el verdadero arte basado en el yo (puro) al que se llegó sin más facilitadores que la meditación propia en la que uno se va desprendiendo, por capas, de sí…y crea.
Desperté. Qué sueño.

Monday, January 08, 2007

notas sobre el navigator

Erika bien me dijo, antes de irme de viaje, que el estar en un crucero era una experiencia de lo más hedonista y creo que no mintió al decirlo.

Tres mil tripulantes a bordo de un barco. A veces olvidamos que es eso, un barco, y pensamos que es una pequeña ciudad (acuática).

Hay placeres gratis y otros (muchos) que cuestan, pero vengas con mucho o poco dinero tendrás tu pedacito de placer.

En este barco vestido de art nouveau circulan turistas y empleados de todas las naciones, pareciera ser una versión del Small World.

Uno de poco a poco se olvida de ese caminar en medio-zigzag ocasionado por la marea (y/o por las bebidas espiritosas) y no tiene más tarea que organizar los placeres del día: comer, beber, ir al jacuzzi, leer, asistir a un show, dormir, patinar…

Esto es un sueño de oropel que se siente como terciopelo y te sabe a chocolate, tan efímero pero delicioso.

Lo único que encuentro desagradable –como buena mercadotecnia gringa- es que todo el tiempo te hablan del shopping y más shopping. En la main street del barco todo es duty free y en las vitrinas tienen sales todos los días. Seminarios diarios de “Shopping at San Juan/St. Thomas/St.Marteen/Nasseau". Un asalto y yo que me dejo.

Me gusta sentarme y observar el mar. Por fin mis ojos entienden porqué el azul marino se llama azul marino. Qué inmensidad, me hace sentir pequeña. Veo el horizonte y podría pensar que la tierra es cuadrada y de esa línea: el precipicio.

En medio de este mar podría perder la cordura. Podrían existir las sirenas y el oasis.